viernes, 23 de junio de 2017

Diversidad lingüística en Las Españas


Es de actualidad que en todos los debates políticos españoles, el tema de los nacionalismos, ocupa un lugar destacado. Los nacionalismos contemporáneos surgen como un movimiento creado a lo largo del siglo XIX, que reforzaba la creación de los nuevos estados europeos, en detrimento de las obsoletas monarquías absolutistas del antiguo régimen.  Su objetivo, era crear un sentimiento de pertenencia propio, con la llegada de los vientos liberales, que poco a poco terminaron por imponerse. Ayudando entre otros, a la creación de Alemania o Italia.

Pero, en Europa, España es un caso especial, se trata de un país que aglutina a una gran diversidad de pueblos, alguno de ellos muy antiguos, pero los ningunea, e intenta ser algo que no es.

Si nos remontamos un poco en la historia, la formación de España como conjunto, se remonta a la época de los Reyes Católicos, se trata del primer intento político de unir las dos principales coronas de la península ibérica, la Corona de Castilla y la de Aragón; pero en la práctica, no se unieron, ya que continuaron manteniendo sus propios órganos de gobierno y un funcionamiento paralelo. Hecho que demuestra la manipulación que muchas veces se hace en la historia.
Mapa de España en el siglo XVI

No será, hasta después de la Guerra de Sucesión Española (1701 a 1713), que finalizó con el Tratado de Utrecht, reconociendo a Felipe V de Borbón como legítimo rey. El nuevo monarca comienza su mandato promulgando una serie de leyes con carácter centralista, entre ellas encontramos el “decreto de Nueva Planta” (1707 a 1716) con el objetivo de abolir las instituciones y leyes propias de cada uno de los reinos (Aragón, Valencia y Mallorca) y del Principado de Cataluña, que conformaban la Corona de Aragón.  

A partir de aquí, empieza un largo proceso centralizador, con Castilla y su lengua, el castellano (que no español), como ejes básicos para formar un único Estado, con Madrid como eje vertebrador. Es evidente, que viendo nuestra actualidad en la televisión, ese objetivo no se ha cumplido, y España sigue siendo un conjunto de pueblos muy diversos. Visto lo visto, pienso que deberíamos reflexionar, y volver a cambiar el nombre de nuestro país a Las Españas, puesto que son todos esos pueblos los que la componen.

Decreto de Nueva Planta de 1716
Con todo esto, no estoy haciendo una defensa de los nacionalismos, ni mucho menos, estoy haciendo una reflexión de nuestra historia. Porque dentro de ellas, encontramos la particular característica de la diversidad de lenguas que se utilizan en España. Como patrimonio inmaterial que son, es deber de todos, potenciar su utilización y conservación. Buscando un sistema justo para que cada una de ellas tenga el lugar que les corresponde.

Hace poco, salió un artículo de prensa, que hablaba de la tesis doctoral de una profesora de Derecho Constitucional de la “Universitat de València”, Vicenta Tasa. Esta doctora, proponía en su tesina, la modificación del artículo 3 de la Constitución Española y de los diferentes estatutos autonómicos, que recoja la oficialidad y reconocimiento de todas las lenguas españolas. En la actualidad, “la Constitución, establece una jerarquía lingüística, que mantiene la preeminencia del castellano en la base de su oficialidad única del Estado y la obligatoriedad de su conocimiento por todos los ciudadanos, mientras, el reconocimiento legal del resto de lenguas queda en manos de la voluntad de los estatutos de autonomía de la comunidades autónomas”. Esta, margina todas las demás lenguas españolas, a no ser, que las diferentes autonomías las protejan.

“La reforma propuesta se fundamentaría en los principios de protección y promoción preferente de las lenguas minoritarias, de la voluntad de supervivencia, de la diversidad lingüística española y de la libertad de lengua en la relación de los ciudadanos con los poderes públicos”, apuntaba Vicenta Tasa.
Su reforma, plantea un sistema parecido al de Suiza, país donde, aunque no se hablen los cuatro idiomas oficiales en todos sus cantones, son oficiales en todos ellos. Considerando a nivel educativo, que además de aprender su propia lengua, es obligatorio aprender otra lengua suiza y una lengua extranjera.

Mapa con la distribución actual de lenguas en España
“Este hecho comporta promover, en la medida de las posibilidades y la realidad sociolingüística, el multilingüismo y la igualdad efectiva de las doce lenguas españolas. Y implicaría también, convertir en lenguas oficiales del Estado, además del castellano, el catalán/valenciano, el gallego y el euskera/vasco”, indica la profesora del Departamento de Derecho Constitucional. Son también lenguas españolas el asturiano/bable, el aranés, el tamazight, el aragonés, el árabe, el portugués, el caló y el judeoespañol”.


Se trata de una propuesta muy interesante y revolucionaria, que sería más justa y, reflejaría mejor la realidad social y lingüística de nuestro país, garantizando su pervivencia y utilización, y reconociendo oficialmente la diversidad de lenguas que tenemos en España. Basta ya de tanta hipocresía mediática, para ser un país, tenemos que empezar por respetar la diversidad cultural. Eso implica respeto absoluto desde las administraciones y no hacer política con la cultura.